Palma Guillén Sánchez: la primera mujer diplomática de América
21 de agosto 2025

En la Conferencia Matutina encabezada por la presidenta Claudia Sheinbaum, la subsecretaria de Educación Básica, Noemí Juárez, presentó la sección Mujeres en la historia dedicada a Palma Guillén Sánchez, la primera mujer diplomática de México. La subsecretaria destacó que este espacio ha buscado reconocer a mujeres que participaron en las tres grandes transformaciones del país: Independencia, Reforma y Revolución. Subrayó que Palma fue una pionera excepcional: maestra, arquitecta del sistema educativo nacional y defensora de la memoria histórica de las mujeres. Ella misma escribió:
“proclamemos nosotras el culto a la mujer anónima, a la obrera, a la soldadera, campesina, maestra, heroínas desconocidas de nuestra historia”. |
Palma Guillén nació en la Ciudad de México en 1898. Se formó como maestra en la Escuela Normal y como psicóloga en la Escuela Nacional de Altos Estudios, pese a la oposición de su padre. Concibió la educación como una vía de transformación social y, durante la Revolución, inició su carrera como profesora de primaria. En la década de 1920 trabajó con José Vasconcelos en la creación de la Secretaría de Educación Pública y participó en las campañas de alfabetización junto con sus hermanas y colegas maestras.
Nombrada inspectora de escuelas, Guillén fue comisionada para colaborar con la educadora chilena Gabriela Mistral, con quien impulsó la creación de bibliotecas populares y escuelas rurales. Ella misma describió ese esfuerzo como una siembra colectiva: maestras y maestros enviados a todas partes del país para llevar justicia y cultura a un pueblo “hambriento de pan y de cultura”. Su labor sentó bases sólidas para la expansión educativa posterior.
Sobre el proyecto educativo emanado del proceso revolucionario señaló:
“había que sembrar, que instaurar el orden de la justicia y de la cultura, y como los campesinos van al campo con sus sacos de semillas, así nos enviaba Vasconcelos a todas partes, a cada quién a hacer lo que sabía, o ensayarse en lo que soñaba, o aprender que al cabo todo era necesario para el pueblo hambriento de pan y de cultura”. |
Entre 1925 y 1934 trabajó en México, Estados Unidos y Europa en organismos internacionales, y en 1932 fue designada jefa de enseñanza secundaria, cargo desde el cual diseñó planes y programas que fundaron este nivel educativo. En 1935, el presidente Lázaro Cárdenas la nombró ministra plenipotenciaria en Colombia, convirtiéndose en la primera mujer mexicana en ocupar un alto cargo diplomático. Su llegada fue celebrada por sectores progresistas, aunque también enfrentó oposición conservadora y discriminación salarial dentro de la cancillería.
Durante su carrera diplomática representó a México en Dinamarca, Suiza y Cuba. A su regreso, se incorporó a la UNAM como profesora y funcionaria, donde destacó por sus estudios sobre la historia de las mujeres. En 1956 publicó La mujer en la historia de México, una obra pionera que analizó el papel de las heroínas nacionales desde la época prehispánica hasta la Revolución. Falleció en 1975 en la Ciudad de México, dejando un legado de compromiso con la educación y la cooperación cultural internacional.
La subsecretaria Juárez concluyó recordando que la vida de Palma Guillén es especialmente significativa a cien años del decreto que creó la educación secundaria. Como primera directora del Departamento de Educación Secundaria y artífice de sus programas, consolidó un nivel educativo fundamental para el país. Asimismo, abrió camino en la diplomacia mexicana. Para conocer más sobre su trayectoria, recomendó consultar el Archivo Histórico de la Secretaría de Relaciones Exteriores y el libro gratuito Maestras de México del INEHRM, escrito por la historiadora Itzel Toledo García, donde se documenta su legado junto al de otras educadoras que transformaron nuestro sistema educativo.