LVI Reunión Nacional Plenaria Ordinaria del Consejo Nacional de Autoridades Educativas
Mensaje de clausura del CONAEDU LVI
Estimadas consejeras, estimados consejeros; invitadas e invitados.
Después de esta jornada de intercambio y análisis colegiado, en la que pudimos platicar y tuve la oportunidad de conocer a varios de ustedes, quiero agradecer el trabajo de quienes formamos el Sistema Educativo Nacional.
Todas y todos atendemos y resolvemos problemas y enfrentamos, de manera cotidiana retos que se nos presentan. Sé que contamos con proyecto y dirección y que el trabajo con maestras, maestros, niñas, niños, madres y padres de familia, no nos es ajeno.
Mejorar la educación pasa por reconocer situaciones y problemas que se enfrentan día a día como la falta de vinculación de las escuelas con la comunidad en cualquier expresión de ésta: sea urbana -en una colonia, un barrio, una unidad habitacional-, rural o indígena, el abandono, o el rezago escolar o las violencias.
La sociedad actual plantea nuevos requerimientos a la organización educativa, cambios en la práctica docente y la necesidad de fortalecer los procesos de formación de las y los docentes; construir una gestión menos administrativa y más humana, menos vertical y más cercana a maestras y maestros, a las comunidades, a los territorios.
Sin duda, hay avances importantes en el terreno educativo porque tenemos proyecto y prioridades que se atienden:
Ejemplo de ello son los 11 millones de becarios y las más de 113 mil escuelas beneficiadas a través del programa La Escuela es Nuestra, en regiones de alta y muy alta marginación.
A partir de los procesos del Sistema para la Carrera de las Maestras y los Maestros, se ha impulsado la justicia laboral, la revaloración y dignificación del magisterio. Hay un diálogo permanente y respetuoso con el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación y la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación.
No obstante, aún no reconocemos suficientemente a las maestras y los maestros en quienes las familias confían la educación escolar de sus hijas e hijos, para tener mejores ciudadanas y ciudadanos y con ello, un mejor país.
En lo pedagógico, el rezago educativo que existe no sólo es resultado de la pandemia, también es consecuencia de cómo los gobiernos neoliberales, preocupados por la estandarización, no aprovecharon la inmensa diversidad étnica, cultural y lingüística de México.
Esta situación provocó la exclusión e inequidad en perjuicio de niñas, niños, adolescentes y jóvenes, sobre todo los más pobres, en quienes se ve reflejado un cúmulo de aprendizajes no logrados. Por eso, nuestra prioridad son las niñas y los niños más vulnerables, pobres, indígenas y afromexicanos.
Proponer estrategias para la recuperación de aprendizajes implica reconocer lo que cada una de nuestras alumnas, cada uno de nuestros alumnos, sabe. Esto hicieron maestras y maestros en el inicio del actual ciclo escolar.
También implica identificar otros aprendizajes que tuvieron nuestros alumnos durante la pandemia y como esos conocimientos pueden permitirnos fortalecer el trabajo que se realiza en las aulas.
El regreso a clases no representa restaurar la escuela de antes de la pandemia, sino el reto de construir nuevos escenarios educativos que recuperen los aprendizajes sociales de estudiantes y profesores, y los procesos de innovación e incorporación del uso de las tecnologías.
Desde el inicio del Ciclo escolar 2022-2023, con el apoyo de la Comisión para la Mejora Continua de la Educación (MEJOREDU), se ha impulsado como parte del trabajo de los Consejos Técnicos Escolares, el análisis de la evaluación diagnóstica de los aprendizajes de las y los estudiantes, para determinar las acciones y propuestas para cerrar estas brechas. Con los datos que hoy se entregan por entidad federativa se podrán diseñar estrategias focalizadas y particulares.
Para construir una nueva perspectiva educativa, el Plan de estudio de educación preescolar, primaria y secundaria, tiene una propuesta que contribuye a disminuir el rezago educativo y tiene flexibilidad curricular para recuperar los aprendizajes no logrados.
Necesitamos fortalecer los vínculos entre la educación básica y la media superior, y entre ésta y la educación superior. Para ello se requiere más y mejor comunicación, más y mejor coordinación.
Las estrategias para el desarrollo de habilidades socioemocionales nos permitirán apoyar principalmente a nuestras y nuestros jóvenes, ellas y ellos han sido los más afectados, tenemos muchos recursos a la mano, hagamos uso de ellos.
Desde el inicio del gobierno de la Cuarta Transformación se ha impulsado la apertura de instituciones como las Universidades para el Bienestar Benito Juárez, o nuevas Universidades Interculturales ubicadas en regiones a las cuales no llegaba la educación superior, logrando el arraigo en la comunidad.
Tan sólo en el ciclo 2021-2022, se reportó un incremento de la matrícula total de 138 mil estudiantes. En los últimos años, en distintas modalidades, los programas educativos de educación superior también han crecido y se han diversificado.
El país ha mantenido una estabilidad económica que da cuenta del esfuerzo sostenido del Gobierno de México por realizar un mejor uso de los recursos disponibles. Así, somos uno de los países con menor inflación en el mundo; estamos por debajo del promedio de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
Hagamos que la educación llegue a todas y todos, porque es un derecho, no un privilegio y porque eso nos permitirá tener mejores ciudadanos, revolucionar las conciencias y construir un mejor país.
Los invito a desarrollar un trabajo colaborativo y coordinado para engrandecer desde una educación humanista a nuestras entidades y a nuestro país, para formar mejores ciudadanas y ciudadanos, para construir un mejor futuro sin violencias, con inclusión, igualdad de género y una vida saludable.
En las violencias, es importante decirlo, hay que denunciar para poder atender y resolver los problemas, siempre acompañando a las víctimas. Impulsemos una cultura de paz donde prevalezca el diálogo para facilitar intervenir, apoyar, gestionar en coordinación con otras autoridades responsables.
Una de las tareas inmediatas que debemos realizar es el fomento a la lectura en nuestras entidades, en nuestras instituciones, en todas nuestras escuelas, en nuestra vida diaria.
Ofrezcamos a nuestras y nuestros estudiantes la posibilidad de leer y disfrutar lo que leen: ¡que lean!, ¡que lean!, ¡que lean!
Un pueblo que lee será, con seguridad, un mejor pueblo, sensible, crítico, participativo, sabio.
Los invito a seguir trabajando en equipo, para fortalecer la Nueva Escuela Mexicana, a construir un mejor país a partir de la transformación de la educación, de la formación de ciudadanas y ciudadanos más justos, más democráticos, con mayor compromiso social y sentido humanista.
Enseñar a nuestras y nuestros alumnos valores como honestidad, desde entregar un lápiz que no es nuestro, la empatía con las y los otros, la solidaridad y el amor a la Patria.
El reto de la educación del Gobierno de la Cuarta Transformación involucra, reitero, la revolución de las conciencias, un cambio cultural orientado a recuperar los valores que se expresa en comportamientos apegados a la ética, para vivir en armonía, para el bienestar colectivo de los barrios, las ciudades, los ejidos, las comunidades, las instituciones, el país.
Toda transformación social perdurable y de alcance histórico conlleva un cambio en el acuerdo general sobre los principios de convivencia; por ello, la educación que construimos para nuestro país rompe con el pragmatismo y el utilitarismo extremos que privilegian la ganancia desmedida, combate la corrupción que se normalizó e incluso, de manera falaz, se intentó justificar culturalmente.
Por el contrario, reafirmamos y promovemos los principios éticos, creemos en el respeto hacia los demás, trabajamos a partir de la confianza y el diálogo que facilita los acuerdos y la colaboración e impulsa el desarrollo de sociedades fuertes, libres y justas, porque esa es la verdadera ruta para contribuir a la construcción de una convivencia nacional pacífica, cívica, con libertad, paz, dignidad, seguridad, respetuosa de las leyes y sobre todo que honra a la justicia.
Este es nuestro proyecto, nuestro proyecto de nación, nuestro proyecto de educación, nuestro proyecto de transformación.
Trabajemos juntos, hagamos posible la transformación de nuestro país desde la educación.
Gracias.