Las mujeres en el movimiento estudiantil de 1968


2 de octubre de 2025

En la Conferencia Matutina, presidida por la Presidenta Claudia Sheinbaum, se presentó la sección Mujeres en la historia dedicada al 57 aniversario del 2 de octubre de 1968. La subsecretaria Noemí Juárez resaltó el testimonio de la maestra María Eugenia Espinosa Carvajal, quien, en 1966, con apenas 18 años, ingresó a estudiar Historia mientras ya ejercía como maestra normalista. Como integrante del Consejo Nacional de Huelga (CNH), preparaba su material didáctico durante las asambleas. En 1971 participó en la fundación del CCH Vallejo y en la formación de docentes de telesecundarias en Veracruz, consolidando así una vida dedicada a la educación y al movimiento estudiantil.

La propia María Eugenia recuerda:

“El 68 me lo dejó todo. Es un movimiento que te cimbra: te enfrenta a la desigualdad, a la falta de libertades y a la represión. Me confirmó que la sociedad mexicana que yo percibía como autoritaria, lo era en efecto; que era injusta y deprimente. Pero también me dio muchas luces: la participación igualitaria, la unión de la gente, ver que había personas de todos los sectores… Fue un movimiento que unió a la sociedad mexicana en la Ciudad de México y en todo el país. La enseñanza que me quedó es que juntos podemos lograr grandes cambios. Sí, valió la pena. Volvería a hacerlo, sin duda”.

En el mitin del 2 de octubre en Tlatelolco, Myrthokleia González, estudiante y delegada del CNH por la Escuela Técnica Industrial “Wilfrido Massieu” del IPN, fungía como maestra de ceremonias cuando cayó herida de bala en la mano. Fue detenida e interrogada durante varios días, hasta que una enfermera le ayudó a escapar. Por su parte, Ana Ignacia Rodríguez “La Nacha” y Roberta Avendaño “La Tita”, también delegadas del CNH, fueron secuestradas y encarceladas en Lecumberri y posteriormente en Santa Martha Acatitla, donde permanecieron dos años.

Aunque las figuras masculinas tuvieron mayor visibilidad mediática, las mujeres jugaron un papel central en el 68. Myrthokleia relató:

“Al principio, los compañeros querían que me quedara en la cafetería para prepararles la comida, pues yo era la única mujer. Sin embargo, no acepté; yo quería conocer cómo estaba organizado el movimiento y quiénes participaban en él. Fue así como me presenté ante el CNH y fui aceptada como representante de mi escuela”.

Según la testigo Adriana Patricia Corona, de los cerca de 350 integrantes del CNH, sólo unas 30 eran mujeres.

Las estudiantes enfrentaron la oposición de sus familias y la represión del Estado, pero asumieron tareas fundamentales: elaboración de volantes y mantas, difusión de demandas en fábricas y mercados, recolección de fondos, impresión clandestina de materiales y organización logística de reuniones y acopios. Otras mujeres, como Ifigenia Martínez, entonces directora de la Escuela Nacional de Economía, o la periodista Elena Poniatowska, apoyaron con valentía desde sus trincheras. Madres, vecinas y maestras también arriesgaron su seguridad para proteger a los jóvenes y denunciar los abusos.

El movimiento estudiantil de 1968 marcó un parteaguas en la historia de México, desafiando al autoritarismo y transformando el papel de las mujeres en la vida pública. Militantes, profesoras, funcionarias y madres continuaron después su lucha en la academia, la política y los movimientos sociales, defendiendo causas como la liberación de presos políticos o los derechos reproductivos. A más de medio siglo, su legado persiste en nuevas generaciones de mujeres que ejercen plenamente su ciudadanía. Al concluir, la subsecretaria Juárez invitó a leer 1968, las mujeres del CNH (INEHRM, 2023), obra que recoge testimonios de protagonistas como Ana Patricia Corona, María Eugenia Espinosa, Myrthokleia González y otras, y que ofrece lecciones invaluables de resistencia frente al autoritarismo.