Las mujeres, guardianas de la memoria y corazón de la resistencia centenaria del pueblo Yaqui o “Yoeme”


4 de septiembre de 2025

En la Conferencia Matutina del jueves 4 de septiembre de 2025, encabezada por la presidenta Claudia Sheinbaum, la subsecretaria de Educación Básica presentó la sección “Mujeres en la Historia” y abordó el caso de las mujeres yaquis. Noemí Juárez ofreció un preámbulo para conmemorar la lucha de Bartolina Sisa, guerrera aymara asesinada el 5 de septiembre de 1782 por encabezar la resistencia contra el colonialismo español. En su honor, desde 1983 se celebra el Día Internacional de la Mujer Indígena y, por primera vez en México, este año se izará la bandera nacional a toda asta como parte de las efemérides oficiales impulsadas por la Presidencia. Este acto histórico reconoce la lucha de las mujeres indígenas, como las valientes mujeres yaquis, cuya resistencia perdura como ejemplo de fortaleza y dignidad.

Al iniciar el video, se narra que el pueblo Yaqui o Yoeme enfrentó un intento de exterminio a principios del siglo XX. Tras la masacre de Mazocoba en 1900, el régimen de Porfirio Díaz deportó a 250 viudas yaquis y a sus hijos desde Sonora hacia Yucatán, condenándolos a trabajos forzados en plantaciones de henequén. Fue el inicio de un destierro masivo que afectó a alrededor de 15 mil yaquis; muchos fueron enviados a Campeche, Oaxaca y Veracruz en condiciones de esclavitud, mientras otros miles huyeron a Arizona o se refugiaron en la sierra de Bacatete. Como testimonia Ricarda León en Testimonios de una mujer yaqui:

 

“No nos mataron a todos, porque ya no tenían balas”.

 

Bajo el liderazgo de José María Leyva “Cajeme”, los yaquis se sublevaron en la década de 1870 para defender su territorio sagrado. Tras su ejecución en 1887, la resistencia continuó. El gobierno porfirista, al reconocer el papel crucial de las mujeres en el espíritu guerrero, dirigió su represión específicamente contra ellas.

Como documentó el militar Francisco P. Troncoso:

 

“Las mujeres yaquis acompañan a los hombres en las guerras, sufren con ellos toda especie de fatigas y de privaciones, los excitan para el combate”.

 

Ese intento por quebrantar su resistencia no borró su legado, hoy símbolo de la fortaleza indígena.

Las mujeres yaquis deportadas a inicios del siglo XX sufrieron vejaciones extremas durante la captura y el traslado. Francisco I. Madero consignó en La sucesión presidencial que muchas prefirieron arrojarse al mar antes que enfrentar la esclavitud y la separación familiar. Pese a ello, miles sobrevivieron gracias a la resistencia sostenida por las mujeres: trabajaron en los campos, cuidaron a los enfermos, alimentaron a las personas desterradas y preservaron su lengua y su cultura. Con el advenimiento de la Revolución, emprendieron a pie el retorno a sus tierras, recogiendo en el camino a niñas y niños huérfanos. Se convirtieron en guardianas de la memoria. Su arma más poderosa fue no olvidar. Ese legado se mantiene como el corazón de la resistencia centenaria del pueblo yoeme.

Al finalizar el video, la subsecretaria subrayó que las mujeres indígenas, como doña Juana, yaqui de 82 años, han sido pilares en la preservación de la memoria y la cultura. Su relato sobre el regreso desde la deportación a Yucatán da cuenta de la crudeza y la resiliencia de su pueblo:

 

“Caminaron día y noche desde Yucatán, recogiendo niños huérfanos y enterrando a los muertos en el camino. Creían que los difuntos los protegían para llegar vivos a Sonora”.

 

Testimonios como este, recogidos en Sobresaltos de la memoria, de Yolanda González, muestran cómo la memoria colectiva, sostenida por mujeres, se vuelve un acto de resistencia y de fortaleza. “Hoy, como ayer, esa memoria nos guía y nos permite seguir caminando juntas y juntos”, concluyó la subsecretaria.