Las trabajadoras de la Casa del Obrero Mundial y la lucha por una educación igualitaria
7 de agosto 2025

En la conferencia matutina del 7 de agosto de 2025, presidida por la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, la subsecretaria de Educación Básica, Noemí Juárez, presentó la sección Mujeres en la historia. En su intervención, destacó la participación de las trabajadoras de la Casa del Obrero Mundial en el impulso del primer intento de una escuela racionalista, guiada por los principios de libertad, ciencia y autonomía.
La subsecretaria contextualizó su mensaje recordando que, históricamente, las y los trabajadores han enfrentado barreras para su profesionalización. Aunque desde el siglo XIX se promovieron escuelas nocturnas para obreros, fue hasta inicios del siglo XX que las mujeres de la Casa del Obrero Mundial asumieron un papel protagónico en la creación de espacios educativos propios, marcando un hito en la historia de la educación popular en México.
La Casa del Obrero Mundial fue fundada el 22 de septiembre de 1912 por un grupo diverso de trabajadoras y trabajadores, entre los que destacaron 32 mujeres. Esta organización adoptó los ideales del anarquismo y el sindicalismo, articulando la lucha por derechos laborales, como la jornada de ocho horas, el descanso digno y el salario mínimo, con una fuerte apuesta por la educación y la emancipación política de la clase obrera.
Uno de los momentos más significativos fue la huelga de 1914, iniciada por costureras del Palacio de Hierro que denunciaron condiciones de explotación laboral. Su acción, respaldada por otros sindicatos y trabajadores, evidenció el liderazgo de las mujeres en la organización obrera. Aunque el conflicto se resolvió en favor de la empresa, la protesta se incorporó a la lucha popular impulsada por la Casa del Obrero Mundial.
En 1915, inspiradas por el pedagogo anarquista Francisco Ferrer Guardia, quien sostenía que “la mujer no debe estar recluida en el hogar”, las mujeres obreras organizaron una escuela racionalista como respuesta a la exclusión educativa. Entre sus impulsoras se encontraban Paula Osorio Avendaño, Reynalda González Parra y Genoveva Hidalgo. Ese mismo año, la Casa del Obrero Mundial fundó los Batallones Rojos, únicos en su tipo durante la Revolución Mexicana, mientras que las mujeres también conformaron el Grupo Solitario Ácrata, dedicado a labores de enfermería.
Con el triunfo del constitucionalismo, las y los miembros de la Casa del Obrero Mundial fueron objeto de censura, persecución y encarcelamiento. Ante la persistencia de las injusticias, el 31 de julio de 1916 la organización convocó una huelga general que logró paralizar la Ciudad de México, aunque finalmente no tuvo éxito. La costurera Esther Torres, junto con Ángela Inclán y otros compañeros, fue detenida.
Años más tarde, Esther Torres reflexionaría:
“Por la sociedad éramos mal vistas, porque eso no era para una mujer, eso era para el hombre. Los hombres tenían derecho a hacer todo, ¿verdad? Pero las mujeres no”. |
La Dra. Juárez cerró su intervención señalando que ser mujer y obrera ha significado históricamente enfrentar una doble desigualdad, el estigma de clase y género. A través del testimonio de Esther Torres, costurera y militante, recordó que la participación política de las mujeres fue estigmatizada, pero también profundamente transformadora. La experiencia de las mujeres de la Casa del Obrero Mundial nos enseña que la solidaridad y el apoyo mutuo son pilares para resistir con dignidad, incluso en los contextos más adversos.