Los días 21 y 22 de mayo se llevó a cabo, en la ex Hacienda Soltepec, ubicada en Huamantla, Tlaxcala, el primer Encuentro Estatal de Experiencias Directivas, titulado “Transformar la práctica directiva para la mejora de las escuelas”.

La subsecretaria de Educación Básica de la Secretaría de Educación Pública (SEP), Dra. Angélica Noemí Juárez Pérez, participó en el evento y subrayó la importancia de compartir y socializar las experiencias escolares con el propósito de mejorar el funcionamiento de las instituciones educativas en el estado.

El titular de la Secretaría de Educación Pública del Estado y de la Unidad de Servicios Educativos del Estado de Tlaxcala, Homero Meneses Hernández, inauguró el foro, al que asistieron más de 300 personas. En su intervención, destacó que ser director o directora de una escuela implica una gran responsabilidad ética y política, ya que estos cargos están estrechamente vinculados con la obligación del Estado de garantizar el derecho a la educación, como lo establece el artículo tercero de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

Meneses Hernández señaló que una de las funciones centrales de la dirección escolar radica en la capacidad de transformar las condiciones materiales de docentes y estudiantes. Este compromiso inicia con el reconocimiento de las profundas desigualdades que enfrentan muchas niñas, niños y adolescentes provenientes de contextos familiares complejos en términos de alimentación, seguridad, afecto y estabilidad. Por ello, hizo un llamado a recuperar y fortalecer la confianza con los colectivos escolares, madres y padres de familia, y especialmente con las infancias, ya que —afirmó— la transformación del país debe gestarse desde una transformación comunitaria impulsada por la educación y por sus maestras y maestros.

Por su parte, la subsecretaria Angélica Noemí Juárez Pérez agradeció al secretario Homero Meneses Hernández la invitación al encuentro, y destacó que la labor de las directoras y los directores suele entenderse desde un enfoque meramente administrativo. Sin embargo, la Nueva Escuela Mexicana propone repensar su papel desde una perspectiva pedagógica, humanista y colectiva. Esto implica asumir un liderazgo que articule de forma equilibrada las tareas administrativas, el trabajo con la comunidad y, sobre todo, el acompañamiento cercano a los procesos pedagógicos y al trabajo docente.

Asimismo, se subrayó que ejercer la función directiva no significa tener todas las respuestas, sino generar las condiciones para que dichas respuestas emerjan del colectivo. Ser director o directora implica fomentar una cultura escolar basada en la corresponsabilidad, en la que cada integrante de la comunidad se sienta parte de un proyecto común.

Finalmente, se reiteró que las figuras directivas son piezas clave para la transformación de las escuelas. El camino hacia una educación basada en la equidad, la inclusión y la justicia se construye desde el aula, pero también desde la dirección escolar, ya que es desde su liderazgo que pueden impulsarse acciones que favorezcan el involucramiento de docentes, familias y estudiantes en los procesos pedagógicos de la escuela.